lunes, 1 de abril de 2013

El Sacerdocio de la Ciencia XVII - Los Herejes IV

En este artículo, el conocido divulgador Martín Bonfil vuelve a la carga contra uno de sus objetivos favoritos: la homeopatía.


I - El evangelio no tiene que renovarse

Como se puede observar en otros sobre el mismo tema ( por ejemplo este o este ), en este nuevo artículo, Bonfil repite el mismo sonsonete de siempre: la homeopatía es una seudo-ciencia, Hahnemann la descubrió tras unas cuantas observaciones superficiales, los postulados básicos de la homeopatía son teóricamente imposibles, todos los estudios la descalifican, etc.

Y para dar la apariencia de seriedad y además mentir con seguridad, Bonfil usa frases vagas como:

"El otro principio es todavía más extraño, y contrario a todo conocimiento químico: afirma que la sustancia terapéutica debe ser diluida infinitesimalmente para “dinamizarla”, mediante una vigorosa agitación denominada “sucusión”. En algunos casos a tal grado que, estadísticamente, la probabilidad de que alguna molécula de la sustancia persista en la solución es virtualmente cero."

Como se puede ver, la redacción pareciera decir que la dilución es generada por la agitación, cosa que ya invade el terreno de la barbaridad.

Con el dolo propio de los seudo-escépticos, Bonfil "olvida" ser claro respecto del espectro de las diluciones: si en algunos casos la dilución es tan alta que el soluto es virtualmente cero, ¿qué pasa en los demás casos?

La fraseología de Bonfil no es casual. Recordemos la cita de Ganem de este artículo:

"con respecto a la dilución a la que se someten ciertos medicamentos ud. se daría cuenta de que a la hora de tomar esos medicamentos no está tomando una sola molécula del principio activo"

Es obvio que alguien diseñó la frase para que no pueda ser atacada judicialmente y sin embargo dé la idea que se necesita. Y los propagandistas como Ganem o Bonfil la repiten disfrazándola de reflexión divulgativa aunque se trate de un guión perfectamente establecido.

A los propagandistas seudo-escépticos les tiene absolutamente sin cuidado que haya experimentos científicos serios y concluyentes sobre la realidad de los efectos de sustancias en alta dilución ( como los descritos en este artículo o este otro ), tal como a Bonfil le tenía sin cuidado atribuir actividad a un muerto con tal de golpear al objeto de su cientifiquísimo odio.


II - Los párrocos tampoco