sábado, 4 de julio de 2015

La Feligresía de la Ciencia XVIII - Quién Sabe

En este artículo hablaré de la concepción seudo-escéptica de la investigación histórica, resumida a la científica frase "quién sabe"


I - El Artículo

En este artículo, titulado "Homeopatía, la historia de un fraude", Jesús G. Barcala pretende explicar la naturaleza de la homeopatía.

"La historia de la homeopatía comienza con Samuel Hahnemann, un médico alemán del siglo XIX que no estaba contento con algunos de los remedios utilizados en aquel entonces, y no es para culparlo, pues la ciencia farmacéutica aún estaba en pañales. Frustrado, abandonó la práctica de la medicina y se dedicó a la traducción, puesto que en su juventud había estudiado varios idiomas, incluyendo inglés, francés, italiano, griego, latín, árabe y hebreo. En uno de los documentos que traducía, Un tratado de Materia Médica, de William Cullen, se encontró con la ya conocida capacidad de la corteza de la cinchona (Cinchona officinalis) de curar la malaria. 
...
De ahí, nadie sabe cómo, a Samuel se le ocurrió el postulado: aquello que produce síntomas en un individuo sano, puede curar a un enfermo que muestra los mismos síntomas. Y ya está.¿Qué cómo llegó a tal conclusión? Nadie lo sabe, pero hay un gran trecho entre enfermarse con algo y pensar que el mismo ingrediente puede curar la misma enfermedad. ¿Siguió una cadena lógica para obtener su deducción? No. ¿Comprobó Samuel su hipótesis? No. ¿Ha podido alguien probarla desde entonces? No."

Es muy fácil sospechar que Barcala se inspiró para su artículo en el terrible documento "Qué es la Homeopatía? Una visión crítica" de Garrido y Cros, analizado en este artículo. El parecido de contenido y estilos es notorio, como se puede ver en las siguientes citas del documento de Garrido y Cros:

"En sus primeros años de ejercicio se dedicó según parece más que nada a la traducción de obras científicas (y muchas otras que no lo eran tanto), pues era 'profundo conocedor de idiomas: francés, inglés, español, sirio, latín, griego, hebreo, árabe y hasta caldeo'"

"¿Existe evidencia de alguna acción, energética o de otro tipo, a nivel subatómico lograda mediante la agitación de un frasco? No. La teoría física moderna, incluyendo la mecánica cuántica, ¿tiene lugar para un efecto semejante? No. ¿Existe algún modelo que justifique la pretendida memoria del agua ? No. ¿Existe alguna prueba reproducible que la justifique? No. ¿Existe algún fenómeno físico o químico que presente propiedades tan extraordinarias como estas, fuera, por supuesto, de la medicina homeopática? No"

El tener una referencia así ya es motivo suficiente para sospechar que el fraude se encuentra en un lugar diferente del que Barcala pretende. Sospecha que se confirma, como se verá en las secciones siguientes.


II - Nadie Sabe

Dice Barcala:

"De ahí, nadie sabe cómo, a Samuel se le ocurrió el postulado: aquello que produce síntomas en un individuo sano, puede curar a un enfermo que muestra los mismos síntomas. Y ya está.¿Qué cómo llegó a tal conclusión? Nadie lo sabe, pero hay un gran trecho entre enfermarse con algo y pensar que el mismo ingrediente puede curar la misma enfermedad.

Hay dos cosas qué tener en cuenta para dimensionar adecuadamente el párrafo anterior:

En primera, la idea de presentar los postulados de Hahnemann como ocurrencias que nadie puede explicar, no es producto del "análisis histórico" de Barcala. En realidad es parte fundamental del dogma seudo-escéptico. La misma idea es postulada, por ejemplo, por Javier Garduño, seudo-escéptico conocido por su traducción del Documento NCAHF, cuando dice:

"Me he puesto a pensar cuál era la psicología de Hahnemann al momento de inventar la homeopatía. Quizá se dijo algo como lo siguiente: Si tomo veneno de víbora me sentiré mal, pero si disminuyo la cantidad, me sentiré “menos mal”. Y mientras menos tome “menos mal” me sentiré. Quizá él transformó el “menos mal” por “me sentiré mejor”. Y llegó a la extraña y paradójica conclusión de que tomando una cantidad infinitésima del ingrediente uno podría “mejorar”. Haciendo caso omiso de la verdadera causa de la enfermedad, tan solo observando los síntomas. Claro que esto es una ridiculez."

En segunda, hay que resaltar que el artículo de Barcala se titula "La historia de un fraude", publicado en un sitio llamado Ciencia Histórica.

Aparentemente, Barcala cree que se puede hablar de historia de la ciencia con frases como "nadie lo sabe" para explicar los hechos históricos que se pretenden abordar.

Como es regla en los seudo-escépticos, Barcala no cita obras o expertos reconocidos en la historia que pretende explicar. No hay ninguna referencia seria o sólida en las platicadas "históricas" de Barcala. Sólo la idea implícita de que debemos creer todo lo que dice por que él es cientifiquísimo y esceptiquísimo.


III - Nadie Sabe...Ni Quiere Saber

Como se cita en el punto XI de este artículo, en la pág. 62 del libro Samuel Hahnemann, His Life & Work, el autor Richard Haehl narra:

"En el año 1789 él investiga en el Instructions for Surgeons on Venereal Diseases el efecto del mercurio y mantiene la opinión, contraria a la suposición de la época, que el efecto del mercurio en el tratamiento de la sífilis consiste no en salivación, transpiración, diarrea o micción incrementada, sino en una peculiar "contra-irritación" del cuerpo, que él llama "fiebre mercurial" y que describe cuidadosamente en su condición más marcada. Esta "fiebre mercurial"...él opina es la antecesora de la cura de la sífilis - aquí, entonces, la primera sugerencia de desplazar un padecimiento por otro.
...
En 1790, él traduce el Materia Médica de Cullen...
...
En el siguiente año, 1791, aparece la traducción del Materia Médica de Monro. Aquí tambíen sus observaciones giran en la misma dirección, particularmente en el caso de la quina:
   'Todas las sustancias que estimulan una contra-irritación y fiebre artificial, si son administradas inmediatamente antes del ataque, son tan específicamente disuasoras de la fiebre intermitente, sólo que por otra parte no son en todo caso tan seguras de usar'
Es claro que Hahnemann no ha encontrado todavía por completo un nuevo sistema de terapia en la forma de una Ley de Similares, aunque la dirección del camino está ya claramente vislumbrada."

El libro de Haehl es extremadamente detallado en la historia del desarrollo de las ideas y trabajos de Hahnemann.

Esta breve cita sólo sirve para mostrar que hubo un proceso largo de desarrollo de las ideas que abarcó aproximadamente cinco años, y no estuvo circunscrito a la traducción de Cullen.

Como el texto citado lo indica, un año después de traducir a Cullen, Hahnemann aún no ha cristalizado sus ideas pero continúa su trabajo investigativo.


IV - La Historia De Un Fraude

Para estas alturas es claro ya que el único fraude aquí es el que comete Barcala, reciclando falsedades de un artículo extremadamente mentiroso y etiquetándolas de investigación histórica, cuando no hay absolutamente ningún esfuerzo por ser históricamente riguroso.

Barcala no sabe o espera que sus lectores no sepan que hay libros que narran a detalle el desarrollo de las ideas de Hahnemann.

Barcala no sabe o espera que sus lectores no sepan que los abundantes escritos de Hahnemann trazan la secuencia lógica de sus ideas y descubrimientos, como se aprecia en la cita de la sección anterior, y que el que Barcala diga

"¿Siguió una cadena lógica para obtener su deducción? No. ¿Comprobó Samuel su hipótesis? No."

es un un invento contrario a la realidad histórica, hecho para justificar el resto de sus mentiras.

Barcala parece creer que repetir las calumnias de los principales panfletos anti-homeopáticos convierte un escrito en "histórico" y se puede publicar en un sitio de "ciencia histórica".

La realidad es que es muy claro que este artículo no es más que un regurgitado que no aborda ninguna cuestión histórica y tiene cero valor divulgativo.


V - Epílogo: La Respuesta De Un Cientifiquísimo

Al ser cuestionado por sus afirmaciones falsas, Barcala responde:

" Jeje, dogmáticos como siempre los aficionados a la pseudo-ciencia. No me importan las críticas, especialmente cuando se basan en mentiras. Lo que importa es que la homeopatía no funciona, es un fraude, y nunca, nadie, ha podido demostrar lo contrario…"

Al igual que todos los cientifiquísimos esceptiquísimos que son pillados con las manos en la masa, Barcala lanza acusaciones generales y se refugia en su "verdad" fundamental: la homeopatía no funciona.

Después de titular grandilocuentemente "historia de un fraude" a su reciclado de un artículo muy mentiroso, resulta que "lo que importa" es que "la homeopatía no funciona".

Y para que nadie vaya a ser engañado por los "dogmáticos aficionados a la pseudo-ciencia", cierra los comentarios tras su afirmación de que no hubo ninguna investigación o comprobación por parte de Hahnemann de sus ideas antes de publicarlas.

Apenas 50 minutos después de ser notificado de la existencia del libro de Haehl sobre los trabajos de Hahnemann, Barcala ya está en positición de afirmar, cientifiquísimamente por supuesto, que

"Ahí sólo dice lo que él cree, pero en ningún momento Hahnemann habla de un proceso científico (simplemente porque no lo hubo) de investigación. No hubo ningún estudio sistemático de sus teorías, sólo dijo que había llegado a una conclusión, falsa, como se ha probado en incontables ocasiones. En algo podría haberme equivocado, pues la realidad es que si sabemos cómo Hahnemann llegó a sus conclusiones, por pura fe. Nada de ciencia."

Así como los católicos pretenden que un Dios que se pasó la Biblia completa resaltando la figura masculina y colocándola en el centro del ministerio, repentinamente hace a una mujer mensajera y personaje central del culto, los seudo-escépticos creen que figuras científicas de muy alto nivel, cuyo trabajo documentado está ampliamente reconocido, pueden súbitamente tornarse en bobalicones fraudes que nada recuerdan de su talento y pericia anteriores.

Como se puede leer en la sección Ic del análisis de la probable fuente de Barcala, Hahnemann no sólo era un genio que dominaba el griego a los 14 años, sino que amplió con su propia experimentación los trabajos de Demachy, notorio miembro de la Academia Francesa.

Entonces, lo que subyace en la afirmación de Barcala es que un hombre que sabe tanto de investigación de laboratorio como para estar a la altura de la Academia Francesa, abandonó de pronto esa experiencia y esa capacidad investigativa para que Barcala pudiera decir que no existió proceso científico alguno.

Por eso es que la cúpula seudo-escéptica es tan conspicua en enseñar a la feligresía a calumniar y difamar a las figuras de la homeopatía: para que ningún lector despistado se acerque peligrosamente a preguntarse sobre el absurdo que se plantea en el párrafo anterior.


Conclusión

Vuelve a demostrarse que la idea que los seudo-escépticos tienen de divulgación científica es repetir como pericos cosas de las que no saben ni quieren saber.


Enlaces

Antecedente: Lágrimas de Cocodrilo Científicas
Cotinuación: Los Cristeros de la Ciencia

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