lunes, 10 de septiembre de 2012

Farmacéuticas IX - El Método Misterioso I

El 27 de julio de 2012, Enrique Ganem hablaba sobre la problemática de las farmacéuticas:

"Si alguno de uds. tiene una idea y sabe formularla de la manera apropiada, créame que va a ser muy bienvenido por la misma industria farmacéutica. Las mismas farmacéuticas que son criticadas por que (falsete irónico)son una bola de desgraciados que lo que quieren es agarrar el dinero a costa de lo que sea(fin del falsete), serían los primeros en decir 'oye, si tu me dices de qué manera puedo yo bajar mis costos, aunque deje de ganar dinero, pero bajar mis costos, de manera que mi situación financiera general sea más saludable, y pueda yo sacar los medicamentos más estudiados y sin tanta prisa, te lo voy a agradecer'. Y te lo voy a agradecer en efectivo, te voy a pagar porque me digas cómo. El problema es que nadie sabe cómo arreglar ese problema."

A continuación se analiza lo dicho por Enrique Ganem.


I - El falso dilema

Como ya se explicó en este punto del artículo anterior de esta serie, es un falso dilema el presentado por Enrique Ganem para justificar la supuesta búsqueda de un método mejor de reducir costos. La realidad es que los costos son muchísimo menores de lo que pretenden los personeros de las farmacéuticas.

Todo ello sin contar ( como se explica en este otro punto del mismo artículo ) que las apuradísimas farmacéuticas de Enrique Ganem gastan mucho más en publicidad de lo que gastan en el desarrollo de fármacos, con lo que el punto de Enrique Ganem sobre la búsqueda planteada es sólo un cuentelete propagandístico.


II - El falso modelo

Pero supongamos que la pregunta fuera válida: cómo reducir costos en el desarrollo de fármacos.

Aquí el problema es que el modelo implícito al planteamiento de Enrique Ganem es también falso: las farmacéuticas no estan buscando bajar sus costos através de fórmulas innovadoras porque tienen que mantenerse en su modelo original: la patente.

Veamos esta crónica del inicio de la industria farmacéutica moderna:

"Con el fin de dispersar la presión pública y política sobre él y otros barones ladrones, Rockefeller usa un truco llamado "filantropía", donde las ganancias ilegales de sus prácticas ladronas en el negocio petrolero son usadas para lanzar la Fundación Rockefeller. Este paraíso fiscal fué usado para apoderarse estratégicamente del sector salud de los EEUU.

La Fundación Rockefeller era la organización fachada para una nueva aventura de negocios globales de Rockefeller y sus cómplices. Esta nueva aventura fué llamada el negocio de inversión farmacéutica. Las donaciones de la Fundación Rockefeller fueron sólo a escuelas de medicina y hospitales. Esas instituciones se convirtieron en misiones de una nueva especie de compañías: las manufacturadoras de drogas sintéticas patentadas.

También fué el momento cuando las primeras vitaminas fueron descubiertas. Pronto fué claro sin embargo, que esas moléculas naturales tenían beneficios de salud salvadores de la vida y que eran capaces de prevenir muchos problemas crónicos de salud. Los primeros libros aparecieron con investigación, subsecuentemente abandonada, sobre los beneficios a la salud de las vitaminas. Esas moléculas recién descubiertas tenían sólo una desventaja: no eran patentables.

Así, en sus primeros años de existencia, el negocio de inversión farmacéutica ya enfrentaba una amenaza mortal: vitaminas y otros micronutrientes promovidos como programas de salud pública prohibirían el desarrollo de cualquier negocio de inversión de buen tamaño basado en drogas patentadas. La eliminación de esta competencia no deseada por los micronutrientes naturales se convirtió entonces en un asunto de vida o muerte para el negocio farmacéutico."

De aquí se desprende que en realidad el desarrollo de nuevos fármacos tiene la premisa de la patentabilidad para asegurar el negocio. No se trata de desarrollo de sustancias cualesquiera que traten enfermedades, sino de sustancias que sean patentables y produzcan ganancias enormes basadas en el monopolio industrial.

Esta premisa se ve plenamente confirmada en muchos elementos reportados actualmente, por ejemplo

"En 1999, Roche lanzó al mercado Tamiflú, un antigripal de última generación... Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los gobiernos deben comprar dosis suficientes para cubrir al 25% de la población, y Roche ya no da abasto.

Pese a eso, se niega a ceder la patente del fármaco, que dura hasta el 2016. Hacerlo significaría que otros laboratorios del mundo podrían elaborar una copia del medicamento sin pagar por su licencia. Ético, pero no rentable."   Referencia

El negocio de las farmacéuticas se basa en las patentes. Entonces, cualquier solución fuera de ese ámbito es indeseable, y tal condición representa otra mentira en el planteamiento de Enrique Ganem: las farmacéuticas no pretenden dejar de ganar dinero bajo ningún concepto y menos van a aceptar una solución que las saque de su modelo base.


III - Caso ejemplo

Explica el Dr Norman R. Farnsworth, profesor investigador de farmacognosis de la Universidad de Illinois en Chicago:

"Vincristine fué descubierta por Gordon H. Svoboda en los Laboratorios de Investigación Lilly. En enero de 1958, Svoboda envió un extracto de vincapervinca de Madagascar ( Catharanthus roseus ) a un programa de revisión farmacológica en Lilly (Farnsworth, 1982).Fué la cuadragésima planta que él escogió para inclusión en el programa. Vincristine fué comercializada en los EEUU en 1963, menos de cinco años depués de que se observó que un extracto en bruto de C. roseus tenía actividad antitumoral. En 1985, ventas totales domésticas en internacionales de vincristine ( como Oncovin ) y vinblastine ( como Velban ) fueron aproximadamente $100 millones, 88% de ello ganancia para la compañía ( G. H. Svoboda, comunicación personal, 1986 )."   Referencia

Como se explica en este artículo, el probable tiempo de desarrollo de un fármaco promedio es de unos 48 meses mas una fracción difícil de estimar de los 52 meses propuestos por el mentiroso reporte ya criticado en este punto, con lo que podría calcularse que el ahorro para la compañía fué de más de 20% en tiempo al mercadeo cuando se usó una sustancia herbal en lugar de un químico sintético.

El caso anterior es una excepción en la industria farmacéutica, pero muestra que el uso de sustancias derivadas de las plantas puede ser un detonante de ahorros y beneficios para la compañía, idea que, según explica el propio Farnsworth en el mismo artículo citado, es generalmente anatema entre los ejecutivos de las farmacéuticas:

"¿Porqué hay tanta reluctancia a iniciar nuevos programas incluyendo plantas como fuentes de drogas en loe EEUU, donde tenemos la industria farmacéutica más sofisticada del mundo y donde los gastos en desarrollo de drogas son asombrosos?"
 
Entonces, no es cierto que las farmacéuticas estén febrilmente interesadas en soluciones novedosas y que "nadie sabe cómo arreglar ese problema".

Una de las características de este caso ( como lo señala Farnsworth ), es que no viola el modelo de patentabilidad, dado que ambos medicamentos producidos fueron completamente patentables, patentados y mantuvieron su calidad de tales por tiempo completo.



La pregunta planteada por Enrique Ganem para continuar su promoción de las farmacéuticas se basa en una serie de sofismas y mentiras. Ni las farmacéuticas buscan afanosamente un método de reducir costos ni es este un misterio imposible.

Hasta aquí se presentó la evidencia para concluir que Enrique Ganem miente en su planteamiento. Sin embargo, hay una solución a su supuesta interrogante que va más allá del ejemplo presentado y llega al meollo del tema que esta serie de artículos pretende explicar. En el siguiente de la serie presentaré la verdadera solución al "problema insoluble" de Enrique Ganem.


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